viernes, 3 de febrero de 2012

¿De dónde sacará...

Muchos me habéis preguntado dónde busco las recetas. ¿Las inventas? ¿Tienes un libro de recetas? ¿Las copias de internet?

Pues bien, todas esas respuestas son ciertas, y en conjunto. 

Lo primero es saber el tipo de comida a realizar. Muchas veces no lo marca el apetito, sino la nevera. Miro los ingredientes de los que dispongo y elijo uno principal del que partirá la receta y otros que o bien están para consumir o bien pienso que puede ser un buen aderezo. 

Lo siguiente es acudir al mayor recetario del mundo, internet y los buscadores. No tengo un blog predilecto del cual partir, pero si es verdad que siempre tienes la referencia de unos y de otros que tienen más fiabilidad o que encajan más con el tipo de cocina que quieres realizar. 

Escribo los ingredientes en el buscador y voy dirigiéndome a diversas páginas, de las cuales hago un batiburrillo. A partir de ahí empieza la creación.

Un poco de esto un poco de lo otro a ver cómo queda y voilá, llego a un resultado final que no siempre ha sido bueno. Se dice que de los errores se aprende y en la cocina no iba a ser menos cierta esta premisa. Yo aprendí y lo sigo haciendo.

Recuerdo una salsa que ni la persona menos objetiva que puedas tener a tu alrededor pudo apaciguar sus comentarios. "Hijo, esto está incomible!!" Así fueron los comienzos.

Esta semana también me ocurrió. Unos champiñones con muy buena pinta se quedaron en eso, la imagen, porque de sabor... dejémoslo ahí. Fue Laura la que me dijo, muy protocolariamente, que no era lo mejor que había cocinado.

Para colmo se me pasó el gratinado y estuvo a punto de quemarse. Al día siguiente hice unos rollitos y se me pegaron en la sartén, intenté una mayonesa y se me cortó (por no usar el vaso adecuado) y todo eso en vísperas de una jornada gastronómica para el fin de semana en el que Curro, otro gran cocinilla, y yo nos disponíamos a deleitar a nuestras parejas con un almuerzo de "chef".

Finalmente la jornada, para ser la primera, salió muy bien y los comensales quedaron muy contentos. Algo a destacar, ya que teníamos a unos críticos muy duros que no saben mentir, los niños.